viernes, 30 de mayo de 2008

Libro segundo

Segunda entrega de la Guerra de las Galias.

LIBER SECVNDVS
I. Teniendo César aquel invierno sus cuarteles en la Galia Cisalpina, como arriba declaramos, veníanle repetidas noticias, y también Labieno le aseguraba por cartas, que todos los belgas36 (los cuales, según dijimos, forman la tercera parte de la Galia) se conjuraban contra el Pueblo Romano, dándose mutuos rehenes; que las causas de la conjura eran éstas: primera, el temor de que nuestro ejército, una vez sosegadas las otras provincias, se revolviese contra ellos; segunda, la instigación de varios nacionales; unos, que si bien estaban disgustados con tan larga detención de los germanos en la Galia, tampoco llevaban a bien que los romanos se acostumbrasen a invernar y vivir en ella tan de asiento; otros, que por su natural volubilidad y ligereza ansiaban por nuevo gobierno; como también algunos que (siendo común en la Galia el apoderarse del mando los que por más poderosos y ricos pueden levantar tropas a su sueldo) sujetos a nuestro imperio, no podían tan fácilmente lograrlo.
[1] Cum esset Caesar in citeriore Gallia [in hibernis], ita uti supra demonstravimus, crebri ad eum rumores adferebantur litterisque item Labieni certior fiebat omnes Belgas, quam tertiam esse Galliae partem dixeramus, contra populum Romanum coniurare obsidesque inter se dare. Coniurandi has esse causas: primum quod vererentur ne, omni pacata Gallia, ad eos exercitus noster adduceretur; deinde quod ab non nullis Gallis sollicitarentur, partim qui, ut Germanos diutius in Gallia versari noluerant, ita populi Romani exercitum hiemare atque inveterascere in Gallia moleste ferebant, partim qui mobilitate et levitate animi novis imperiis studebant; ab non nullis etiam quod in Gallia a potentioribus atque iis qui ad conducendos homines facultates habebant vulgo regna occupabantur; qui minus facile eam rem imperio nostro consequi poterant.
II. César, en fuerza de estas noticias y cartas, alistó dos nuevas legiones en la Galia Cisalpina, y a la entrada del verano envió por conductor de ellas a lo interior de la Galia al legado Quinto Pedio. Él, luego que comenzó a crecer la hierba, vino al ejército; da comisión a los senones y demás galos confinantes con los belgas que averigüen sus movimientos y le informen de todo. Avisaron todos unánimemente que se hacían levas, y que las tropas se iban juntando en un lugar determinado. Con eso no tuvo ya razón de dudar, sino que se resolvió a marchar contra ellos de allí a doce días. Hechas, pues, las provisiones, toma el camino, y en cosa de quince días se pone en la raya de los belgas.
[2] His nuntiis litterisque commotus Caesar duas legiones in citeriore Gallia novas conscripsit et inita aestate in ulteriorem Galliam qui deduceret Q. Pedium legatum misit. Ipse, cum primum pabuli copia esse inciperet, ad exercitum venit. Dat negotium Senonibus reliquisque Gallis qui finitimi Belgis erant uti ea quae apud eos gerantur cognoscant seque de his rebus certiorem faciant. Hi constanter omnes nuntiaverunt manus cogi, exercitum in unum locum conduci. Tum vero dubitandum non existimavit quin ad eos proficisceretur. Re frumentaria provisa castra movet diebusque circiter XV ad fines Belgarum pervenit.
III. Como llegase de improviso, y más presto de lo que nadie creyera, los remenses, que por la parte de los belgas son más cercanos a la Galia, le enviaron una diputación con Iccio y Antebrogio, primeros personajes de su República, protestándole que se ponían con cuanto tenían en manos del Pueblo Romano; que no habían tenido parte ni dado la más leve ocasión al alzamiento de los otros belgas, antes estaban prontos a darle rehenes, obedecerle, franquearle las ciudades, y suministrarle víveres y cuanto se le ofreciese; que los demás belgas todos estaban en armas, y los germanos del Rin para acá conjurados con ellos; que su despecho era tan universal y tan ciego, que no les ha sido posible apartar de esta liga ni aun a los suesones37, hermanos suyos y de la misma sangre, con quienes gozan de igual fuero, se gobiernan por las mismas leyes y componen una república.
[3] Eo cum de improviso celeriusque omnium opinione venisset, Remi, qui proximi Galliae ex Belgis sunt, ad eum legatos Iccium et Andebrogium, primos civitatis, miserunt, qui dicerent se suaque omnia in fidem atque potestatem populi Romani permittere, neque se cum reliquis Belgis consensisse neque contra populum Romanum coniurasse, paratosque esse et obsides dare et imperata facere et oppidis recipere et frumento ceterisque rebus iuvare; reliquos omnes Belgas in armis esse, Germanosque qui cis Rhenum incolant sese cum his coniunxisse, tantumque esse eorum omnium furorem ut ne Suessiones quidem, fratres consanguineosque suos, qui eodem iure et isdem legibus utantur, unum imperium unumque magistratum cum ipsis habeant, deterrere potuerint quin cum iis consentirent.
IV. Preguntándoles cuáles y cuan populosas y de qué fuerzas eran las repúblicas alzadas, sacaba en limpio que la mayor parte de los belgas descendían de los germanos; y de tiempos atrás, pasado el Rin, se habían avecindado allí por la fertilidad del terreno, echando a sus antiguos moradores los galos; que solos ellos en tiempos de nuestros padres impidieron la entrada en sus tierras a los teutones y cimbros, que venían de saquear toda la Galia; que orgullosos con la memoria de estas hazañas, se tenían por superiores a todos en el arte militar. En orden a su número, añadían los remenses que lo sabían a punto fijo; porque con ocasión de la vecindad y parentesco tenían muy bien averiguado cuánta gente de guerra ofrecía cada pueblo en la junta general de los belgas. Los beoveses como que exceden a todos en valor, autoridad y número, pueden poner en pie cien mil combatientes. De éstos han prometido dar sesenta mil de tropa escogida, y pretenden el supremo mando de esta guerra. Los suesones, sus vecinos, poseen campiñas muy dilatadas y fértiles, cuyo rey fue aun en nuestros días Diviciaco, el más poderoso de toda la Galia; que no sólo reinó en mucha parte de estas regiones, sino también de la Bretaña; el rey de ahora era Galba, a quien por su justicia y prudencia todos convenían en nombrarle por generalísimo de las armas. Tienen los suesones doce ciudades, y ofrecen cincuenta mil combatientes; otros tantos los nervios, que son reputados por los más bravos38, y caen muy lejos; quince mil dan los artesios; los amienses diez mil; veinticinco mil los morinos; los menapios nueve mil; los caletes diez mil; velocases y vermandeses otros tantos; los aduáticos veintinueve mil; los condrusos, eburones, ceresos, pemanos39, conocidos por el nombre común de germanos, a su parecer, hasta cuarenta mil.
[4] Cum ab iis quaereret quae civitates quantaeque in armis essent et quid in bello possent, sic reperiebat: plerosque Belgos esse ortos a Germanis Rhenumque antiquitus traductos propter loci fertilitatem ibi consedisse Gallosque qui ea loca incolerent expulisse, solosque esse qui, patrum nostrorum memoria omni Gallia vexata, Teutonos Cimbrosque intra suos fines ingredi prohibuerint; qua ex re fieri uti earum rerum memoria magnam sibi auctoritatem magnosque spiritus in re militari sumerent. De numero eorum omnia se habere explorata Remi dicebant, propterea quod propinquitatibus adfinitatibus quo coniuncti quantam quisque multitudinem in communi Belgarum concilio ad id bellum pollicitus sit cognoverint. Plurimum inter eos Bellovacos et virtute et auctoritate et hominum numero valere: hos posse conficere armata milia centum, pollicitos ex eo numero electa milia LX totiusque belli imperium sibi postulare. Suessiones suos esse finitimos; fines latissimos feracissimosque agros possidere. Apud eos fuisse regem nostra etiam memoria Diviciacum, totius Galliae potentissimum, qui cum magnae partis harum regionum, tum etiam Britanniae imperium obtinuerit; nunc esse regem Galbam: ad hunc propter iustitiam prudentiamque summam totius belli omnium voluntate deferri; oppida habere numero XII, polliceri milia armata L; totidem Nervios, qui maxime feri inter ipsos habeantur longissimeque absint; XV milia Atrebates, Ambianos X milia, Morinos XXV milia, Menapios VII milia, Caletos X milia, Veliocasses et Viromanduos totidem, Atuatucos XVIIII milia; Condrusos, Eburones, Caerosos, Paemanos, qui uno nomine Germani appellantur, arbitrari ad XL milia.
V. César, esforzando a los remenses, y agradeciéndoles sus buenos oficios con palabras muy corteses, mandó venir a su presencia todo el Senado y traer a los hijos de los grandes por rehenes. Todo lo ejecutaron puntualmente al plazo señalado. Él, con gran eficacia exhortando a Diviciaco el eduo, le persuade lo mucho que importa al bien común de la república el dividir las fuerzas del enemigo, para no tener que lidiar a un tiempo con tantos; lo cual se lograría si los eduos rompiesen por tierras de los beoveses y empezasen a talar sus campos. Dado este consejo, le despidió. Ya que tuvo certeza por sus espías y por los remenses, cómo unidos los belgas venían todos contra él, y que estaban cerca, se anticipó con su ejército a pasar el río Aisne, donde remata el territorio remense, y allí fijó sus reales, cuyo costado de una banda quedaba defendido con esta postura por las márgenes del río, las espaldas a cubierto del enemigo, y seguro el camino desde Reims y las otras ciudades para el transporte de bastimentos. Guarnece el puente que tenía el río, deja en la ribera opuesta con seis cohortes al legado Quinto Titurio Sabino y manda fortificar los reales con un parapeto de doce pies de alto y un foso de dieciocho.
[5] Caesar Remos cohortatus liberaliterque oratione prosecutus omnem senatum ad se convenire principumque liberos obsides ad se adduci iussit. Quae omnia ab his diligenter ad diem facta sunt. Ipse Diviciacum Haeduum magnopere cohortatus docet quanto opere rei publicae communisque salutis intersit manus hostium distineri, ne cum tanta multitudine uno tempore confligendum sit. Id fieri posse, si suas copias Haedui in fines Bellovacorum introduxerint et eorum agros populari coeperint. His datis mandatis eum a se dimittit. Postquam omnes Belgarum copias in unum locum coactas ad se venire vidit neque iam longe abesse ab iis quos miserat exploratoribus et ab Remis cognovit, flumen Axonam, quod est in extremis Remorum finibus, exercitum traducere maturavit atque ibi castra posuit. Quae res et latus unum castrorum ripis fluminis muniebat et post eum quae erant tuta ab hostibus reddebat et commeatus ab Remis reliquisque civitatibus ut sine periculo ad eum portari possent efficiebat. In eo flumine pons erat. Ibi praesidium ponit et in altera parte fluminis Q. Titurium Sabinum legatum cum sex cohortibus relinquit; castra in altitudinem pedum XII vallo fossaque duodeviginti pedum muniri iubet.
VI. Estaba ocho millas distante de aquí una plaza de los remenses llamada Bibracte (Bievre), que los belgas se pusieron a batirla sobre la marcha con gran furia. No costo poco defenderla aquel día. Los belgas en batir las murallas usan el misino arte que los galos; cercanías por todas partes de gente, y empiezan a tirar piedras hasta tanto que ya no queda defensor en almena. Entonces, haciendo empavesada40 vanse arrimando a las puertas y abren la brecha; lo que a la sazón era bien fácil, por ser tantos los que arrojaban piedras y dardos, que no dejaban parar a hombre sobre el muro. Como la noche los forzase a desistir del asalto, el gobernador de la plaza Iccio Remense, igualmente noble que bienquisto entre los suyos, uno de los que vinieron con la diputación de paz a César, le da aviso por sus mensajeros, «que si no envía socorro, ya no puede él aguantar más».
[6] Ab his castris oppidum Remorum nomine Bibrax aberat milia passuum VIII. Id ex itinere magno impetu Belgae oppugnare coeperunt. Aegre eo die sustentatum est. Gallorum eadem atque Belgarum oppugnatio est haec: ubi circumiecta multitudine hominum totis moenibus undique in murum lapides iaci coepti sunt murusque defensoribus nudatus est, testudine facta portas succedunt murumque subruunt. Quod tum facile fiebat. Nam cum tanta multitudo lapides ac tela coicerent, in muro consistendi potestas erat nulli. Cum finem oppugnandi nox fecisset, Iccius Remus, summa nobilitate et gratia inter suos, qui tum oppido praeerat, unus ex iis qui legati de pace ad Caesarem venerant, nuntium ad eum mittit, nisi subsidium sibi submittatur, sese diutius sustinere non posse.
VII. César, luego a la medianoche, destaca en ayuda de los sitiados una partida de flecheros númidas y cretenses y de honderos baleares a la dirección de los mismos mensajeros de Iccio. Con su llegada, cuanto mayor ánimo cobraron los remenses con la esperanza cierta de la defensa, tanto menos quedó a los enemigos de conquistar aquella plaza. Así que, alzado el sitio a poco tiempo, asolando los campos y pegando fuego a todas cuantas aldeas y caseríos encontraban por las inmediaciones del camino, marcharon con todo su ejército en busca del de César, y se acamparon a dos millas escasas de él. La extensión de su campo, por lo que indicaban el humo y los fuegos, ocupaba más de ocho millas.
[7] Eo de media nocte Caesar isdem ducibus usus qui nuntii ab Iccio venerant, Numidas et Cretas sagittarios et funditores Baleares subsidio oppidanis mittit; quorum adventu et Remis cum spe defensionis studium propugnandi accessit et hostibus eadem de causa spes potiundi oppidi discessit. Itaque paulisper apud oppidum morati agrosque Remorum depopulati, omnibus vicis aedificiisque quo adire potuerant incensis, ad castra Caesaris omnibus copiis contenderunt et a milibus passuum minus duobus castra posuerunt; quae castra, ut fumo atque ignibus significabatur, amplius milibus passuum VIII latitudinem patebant.
VIII. César, al principio, a vista de un ejército tan numeroso y del gran concepto41 que se hacía de su valor, determinóse a no dar batalla. Sin embargo, con escaramuzas cotidianas de la caballería procuraba sondear hasta dónde llegaba el esfuerzo del enemigo, como también el coraje de los nuestros. Ya que se aseguró de que los nuestros no eran inferiores, teniendo delante de los reales espacio competente y acomodado para ordenar los escuadrones; porque aquel collado de su alojamiento, no muy elevado sobre la llanura, tenía la delantera tan ancha cuando bastaba para la formación del ejército en batalla, por las dos laderas la bajada pendiente, y por la frente altura tan poca, que insensiblemente iba declinando hasta confundirse con el llano, cerró los dos lados de la colina con fosos tirados de través cada uno de cuatrocientos pasos de longitud, y guarneciendo sus remates con fortines, plantó baterías en ellos a fin de que al tiempo del combate no pudiesen los enemigos (siendo tan superiores en número) acometer por los costados y coger en medio a los nuestros. Hecho esto, y dejadas en los reales las dos legiones recién alistadas, para poder emplearlas en caso de necesidad, puso las otras seis delante de ellos en orden de batalla. El enemigo asimismo había sacado sus tropas y las tenía alineadas.
[8] Caesar primo et propter multitudinem hostium et propter eximiam opinionem virtutis proelio supersedere statuit; cotidie tamen equestribus proeliis quid hostis virtute posset et quid nostri auderent periclitabatur. Ubi nostros non esse inferiores intellexit, loco pro castris ad aciem instruendam natura oportuno atque idoneo, quod is collis ubi castra posita erant paululum ex planitie editus tantum adversus in latitudinem patebat quantum loci acies instructa occupare poterat, atque ex utraque parte lateris deiectus habebat et in fronte leniter fastigatus paulatim ad planitiem redibat, ab utroque latere eius collis transversam fossam obduxit circiter passuum CCCC et ad extremas fossas castella constituit ibique tormenta conlocavit, ne, cum aciem instruxisset, hostes, quod tantum multitudine poterant, ab lateribus pugnantes suos circumvenire possent. Hoc facto, duabus legionibus quas proxime conscripserat in castris relictis ut, si quo opus esset, subsidio duci possent, reliquas VI legiones pro castris in acie constituit. Hostes item suas copias ex castris eductas instruxerunt.
IX. Esperaban los enemigos a que la pasasen los nuestros; los nuestros estaban a la mira para echarse sobre los enemigos atollados, si fuesen ellos los primeros a pasarla. En tanto los caballos andaban escaramuzando entre los dos ejércitos. Mas como ninguno de los dos diese muestras de querer pasar el primero. César, contento con la ventaja de la caballería en el choque, tocó la retirada. Los enemigos al punto marcharon de allí al río Aisne, que, según se ha dicho, corría detrás de nuestros cuarteles: donde descubierto el vado, intentaron pasar parte de sus tropas con la mira de desalojar, si pudiesen, al legado Quinto Titurio de la fortificación que mandaba y romper el puente, o cuando no, talar los campos remenses, que tanto nos servían en esta guerra proveyéndonos de bastimentos.
[9] Palus erat non magna inter nostrum atque hostium exercitum. Hanc si nostri transirent hostes expectabant; nostri autem, si ab illis initium transeundi fieret, ut impeditos adgrederentur, parati in armis erant. Interim proelio equestri inter duas acies contendebatur. Ubi neutri transeundi initium faciunt, secundiore equitum proelio nostris Caesar suos in castra reduxit. Hostes protinus ex eo loco ad flumen Axonam contenderunt, quod esse post nostra castra demonstratum est. Ibi vadis repertis partem suarum copiarum traducere conati sunt eo consilio ut, si possent, castellum, cui praeerat Q. Titurius legatus, expugnarent pontemque interscinderent; si minus potuissent, agros Remorum popularentur, qui magno nobis usui ad bellum gerendum erant, commeatuque nostros prohiberent.
X. César, avisado de esto por Titurio, pasa el puente con toda la caballería y la tropa ligera de los númidas con los honderos y flecheros, y va contra ellos. Obráronse allí prodigios de valor. Los nuestros, acometiendo a los enemigos metidos en el río, mataron a muchos, y a fuerza de dardos rechazaron a los demás que, con grandísimo arrojo, pretendían abrirse paso por encima de los cadáveres. Los primeros que vadearon el río, rodeados de la caballería perecieron. Viendo los enemigos fallidas sus esperanzas de la conquista de la plaza y del tránsito del río, como también que los nuestros no querían pelear en sitio menos ventajoso, y ellos comenzaban a sentir escasez de alimentos, juntados a consejo, concluyeron ser lo mejor retirarse cada cual a su casa, con el pacto de acudir de todas partes a fin de hacer la guerra con más comodidad dentro de su comarca que fuera, y sostenerla con sus propias abundantes cosechas. Moviólos a esta resolución, entre otras razones, la de haber sabido que Diviciaco y los eduos se iban acercando a las fronteras de los beoveses, los cuales por ningún caso podían sufrir más largas sin socorrer a los suyos.
[10] [Caesar] certior factus ab Titurio omnem equitatum et levis armaturae Numidas, funditores sagittariosque pontem traducit atque ad eos contendit. Acriter in eo loco pugnatum est. Hostes impeditos nostri in flumine adgressi magnum eorum numerum occiderunt; per eorum corpora reliquos audacissime transire conantes multitudine telorum reppulerunt primosque, qui transierant, equitatu circumventos interfecerunt. Hostes, ubi et de expugnando oppido et de flumine transeundo spem se fefellisse intellexerunt neque nostros in locum iniquiorum progredi pugnandi causa viderunt atque ipsos res frumentaria deficere coepit, concilio convocato constituerunt optimum esse domum suam quemque reverti, et quorum in fines primum Romani exercitum introduxissent, ad eos defendendos undique convenirent, ut potius in suis quam in alienis finibus decertarent et domesticis copiis rei frumentariae uterentur. Ad eam sententiam cum reliquis causis haec quoque ratio eos deduxit, quod Diviciacum atque Haeduos finibus Bellovacorum adpropinquare cognoverant. His persuaderi ut diutius morarentur neque suis auxilium ferrent non poterat.
XI. Con esta determinación, arrancando hacia medianoche con gran ruido y alboroto, sin orden ni concierto, apresurándose cada cual a coger la delantera por llegar antes a casa, su marcha tuvo visos de huida. César, avisado al instante del hecho por sus escuchas, temiendo alguna celada, por no haber todavía penetrado el motivo de su partida, se mantuvo quieto con todo su ejército dentro de los reales. Al amanecer, asegurado de la verdad por los batidores, envía delante toda la caballería a cargo de los legados Quinto Pedio y Lucio Arunculeyo Cota con orden de picar la retaguardia enemiga. Al legado Tito Labieno mandó seguirlos con tres legiones. Habiendo éstos alcanzado a los postreros y perseguídolos por muchas millas, hicieron en los fugitivos gran matanza. Los de la retaguardia, viéndose ejecutados, hicieron frente, resistiendo animosamente a las embestidas de los nuestros; en tanto los de la vanguardia, que se consideraban lejos del peligro, sin haber quien los forzase, ni caudillo que los mantuviese, al oír aquella gritería, desordenadas las filas, buscaron su seguridad en la fuga. Con eso, sin el menor riesgo prosiguieron los nuestros matando gente todo lo restante del día; y sólo al poner del sol desistieron del alcance, retirándose a los reales según la orden que tenían.
[11] Ea re constituta, secunda vigilia magno cum, strepitu ac tumultu castris egressi nullo certo ordine neque imperio, cum sibi quisque primum itineris locum peteret et domum pervenire properaret, fecerunt ut consimilis fugae profectio videretur. Hac re statim Caesar per speculatores cognita insidias veritus, quod qua de causa discederent nondum perspexerat, exercitum equitatumque castris continuit. Prima luce, confirmata re ab exploratoribus, omnem equitatum, qui novissimum agmen moraretur, praemisit. His Q. Pedium et L. Aurunculeium Cottam legatos praefecit; T. Labienum legatum cum legionibus tribus subsequi iussit. Hi novissimos adorti et multa milia passuum prosecuti magnam multitudinem eorum fugientium conciderunt, cum ab extremo agmine, ad quos ventum erat, consisterent fortiterque impetum nostrorum militum sustinerent, priores, quod abesse a periculo viderentur neque ulla necessitate neque imperio continerentur, exaudito clamore perturbatis ordinibus omnes in fuga sibi praesidium ponerent. Ita sine ullo periculo tantam eorum multitudinem nostri interfecerunt quantum fuit diei spatium; sub occasum solis sequi destiterunt seque in castra, ut erat imperatum, receperunt.
XII. César, al otro día, sin dar a los enemigos tiempo de recobrarse del pavor y de la fuga, dirigió su marcha contra los suesones, fronterizos de los remenses, y después de un largo viaje se puso sobre la ciudad de Novo42. Tentado de camino asaltarla, pues le decían que se hallaba sin guarnición, por tener un foso muy ancho, y muy altos los muros, no pudo tomarla, con ser pocos los que la defendían. Fortificados los reales, trató de armar las galerías43 y apercibir las piezas de batir las murallas. En esto todas las tropas de suesones que venían huyendo se recogieron la noche inmediata a la plaza. Mas asestadas sin dilación las galerías, formando el terraplén,44 y levantadas las bastidas45; espantados los galos de la grandeza de aquellas máquinas, nunca vistas ni oídas, y de la presteza de los romanos en armarlas, envían diputados a César sobre la entrega, y a petición de los remenses alcanzan el perdón.
[12] Postridie eius diei Caesar, prius quam se hostes ex terrore ac fuga reciperent, in fines Suessionum, qui proximi Remis erant, exercitum duxit et magno itinere [confecto] ad oppidum Noviodunum contendit. Id ex itinere oppugnare conatus, quod vacuum ab defensoribus esse audiebat, propter latitudinem fossae murique altitudinem paucis defendentibus expugnare non potuit. Castris munitis vineas agere quaeque ad oppugnandum usui erant comparare coepit. Interim omnis ex fuga Suessionum multitudo in oppidum proxima nocte convenit. Celeriter vineis ad oppidum actis, aggere iacto turribusque constitutis, magnitudine operum, quae neque viderant ante Galli neque audierant, et celeritate Romanorum permoti legatos ad Caesarem de deditione mittunt et petentibus Remis ut conservarentur impetrant.
XIII. Recibidos en prendas los más granados del pueblo con dos hijos del mismo rey Galba, y entregadas todas las armas, César admitió por vasallos a los suesones, y marchó contra los beoveses; los cuales, habiéndose refugiado con todas sus cosas en la fortaleza de Bratuspancio,46 y estando César distante de allí poco menos de cinco millas, todos los ancianos saliendo de la ciudad con ademanes y voces, le hacían señas de que venían a rendírsele a discreción, ni querían más guerra con los romanos; asimismo, luego que se acercó al lugar y empezó a sentar el campo, los niños y las mujeres desde las almenas, tendidas las manos a su modo, pedían la paz a los romanos.
[13] Caesar, obsidibus acceptis primis civitatis atque ipsius Galbae regis duobus filiis armisque omnibus ex oppido traditis, in deditionem Suessiones accipit exercitumque in Bellovacos ducit. Qui cum se suaque omnia in oppidum Bratuspantium contulissent atque ab eo oppido Caesar cum exercitu circiter milia passuum V abesset, omnes maiores natu ex oppido egressi manus ad Caesarem tendere et voce significare coeperunt sese in eius fidem ac potestatem venire neque contra populum Romanum armis contendere. Item, cum ad oppidum accessisset castraque ibi poneret, pueri mulieresque ex muro passis manibus suo more pacem ab Romanis petierunt.
XIV. Diviciaco (el cual después de la retirada de los belgas, y despedidas sus tropas, había vuelto a incorporarse con las de César) aboga por ellos diciendo: «que siempre los beoveses habían sido amigos fieles de los eduos; que sus jefes, con esparcir que los eduos esclavizados por César padecían toda suerte de maltratamientos y oprobios, los indujeron a separarse de ellos y declarar la guerra al Pueblo Romano. Los autores de esta trama, reconociendo el grave perjuicio acarreado a la república, se habían guarecido en Bretaña. Por tanto, le suplican los beoveses, y juntamente con ellos y por ellos los eduos, que los trate con su acostumbrada clemencia y benignidad. Que haciéndolo así aumentaría el crédito de los eduos para con todos los belgas, con cuyos socorros y bienes solían mantener las guerras ocurrentes».
[14] Pro his Diviciacus (nam post discessum Belgarum dimissis Haeduorum copiis ad eum reverterat) facit verba: Bellovacos omni tempore in fide atque amicitia civitatis Haeduae fuisse; impulsos ab suis principibus, qui dicerent Haeduos a Caesare in servitutem redacto. Omnes indignitates contumeliasque perferre, et ab Haeduis defecisse et populo Romano bellum intulisse. Qui eius consilii principes fuissent, quod intellegerent quantam calamitatem civitati intulissent, in Britanniam profugisse. Petere non solum Bellovacos, sed etiam pro his Haeduos, ut sua clementia ac mansuetudine in eos utatur. Quod si fecerit, Haeduorum auctoritatem apud omnes Belgas amplificaturum, quorum auxiliis atque opibus, si qua bella inciderint, sustentare consuerint.
XV. César, por honrar a Diviciaco y favorecer a los eduos, dio palabra de aceptar su homenaje y de conservarlos en su gracia; mas porque era un estado pujante, sobresaliendo entre los belgas en autoridad y número de habitantes, pidió seiscientos rehenes. Entregados éstos juntamente con todas sus armas, encaminóse a los amienses, que luego se le rindieron con todas sus cosas. Con éstos confinan los nervios, de cuyos genios y costumbres César, tomando lengua, vino a entender: «que a ningún mercader daban47 entrada; ni permitían introducir vinos, ni cosas semejantes que sirven para el regalo; persuadidos de que con tales géneros se afeminan los ánimos y pierden su vigor; siendo ellos naturalmente bravos y forzudos; que daban en rostro y afrentaban a los demás belgas porque a gran mengua de la valentía heredada con la sangre, se habían sujetado al Pueblo Romano; que ellos por su parte protestaban de no proponer ni admitir condiciones de paz».
[15] Caesar honoris Diviciaci atque Haeduorum causa sese eos in fidem recepturum et conservaturum dixit, et quod erat civitas magna inter Belgas auctoritate atque hominum multitudine praestabat, DC obsides poposcit. His traditis omnibusque armis ex oppido conlatis, ab eo loco in fines Ambianorum pervenit; qui se suaque omnia sine mora dediderunt. Eorum fines Nervii attingebant. Quorum de natura moribusque Caesar cum quaereret, sic reperiebat: nullum esse aditum ad eos mercatoribus; nihil pati vini reliquarumque rerum ad luxuriam pertinentium inferri, quod his rebus relanguescere animos eorum et remitti virtutem existimarent; esse homines feros magnaeque virtutis; increpitare atque incusare reliquos Belgas, qui se populo Romano dedidissent patriamque virtutem proiecissent; confirmare sese neque legatos missuros neque ullam condicionem pacis accepturos.


XVI. Llevaba tres días de jornada César por las tierras de éstos, cuando le dijeron los prisioneros que a diez millas de sus tiendas corría el río Sambre, en cuya parte opuesta estaban acampados los nervios, aguardando allí su venida unidos con los arrebates y vermandeses,48 sus vecinos, a los cuales habían inducido a seguir la misma fortuna en la guerra; que esperaban también tropas de los aduáticos49 que venían marchando; que a sus mujeres y demás personas inhábiles por la edad para el ejercicio de las armas tenían recogidas en un paraje inpenetrable al ejército por las lagunas.
[16] Cum per eorum fines triduum iter fecisset, inveniebat ex captivis Sabim flumen a castris suis non amplius milibus passuum X abesse; trans id flumen omnes Nervios consedisse adventumque ibi Romanorum expectare una cum Atrebatibus et Viromanduis, finitimis suis (nam his utrisque persuaserant uti eandem belli fortunam experirentur); expectari etiam ab iis Atuatucorum copias atque esse in itinere; mulieres quique per aetatem ad pugnam inutiles viderentur in eum locum coniecisse quo propter paludes exercitui aditus non esset.
XVII. César, con estas noticias, envió delante algunos batidores y centuriones a procurar puesto acomodado para el alojamiento. Mas como viniesen en su compañía varios de los belgas conquistados y otros galos, algunos de ellos (según que después se averiguó por los prisioneros), observado el orden de la marcha de nuestro ejército en aquellos días, se fueron de noche a los nervios y les avisaron de la gran porción de bagaje que mediaba entre legión y legión; con que al llegar la primera al campo, quedando muy atrás las demás, era muy fácil sorprenderla embarazada con la carga;50 derrotada ésta, y perdido el bagaje, a buen seguro que las siguientes no se atreviesen a contrarrestar. Era bien recibido el consejo; por cuanto los nervios, que ni antes usaron jamás (ni ahora tampoco usan pelear a caballo, sino que todas sus fuerzas consisten en la infantería) para estorbar más fácilmente la caballería de sus fronterizos en las ocasiones que hacía correrías, desmochando y doblando los arbolillos tiernos, entretejiendo en sus ramas zargas y espinos a lo ancho, habían formado un seto, que les servía de muro tal y tan cerrado, que impedía no como quiera la entrada, mas también la vista. Con este arte, teniendo atajado el paso a nuestro ejército, juzgaron los nervios que no era de despreciar el aviso.
[17] His rebus cognitis, exploratores centurionesque praemittit qui locum castris idoneum deligant. Cum ex dediticiis Belgis reliquisque Gallis complures Caesarem secuti una iter facerent, quidam ex his, ut postea ex captivis cognitum est, eorum dierum consuetudine itineris nostri exercitus perspecta, nocte ad Nervios pervenerunt atque his demonstrarunt inter singulas legiones impedimentorum magnum numerum intercedere, neque esse quicquam negotii, cum prima legio in castra venisset reliquaeque legiones magnum spatium abessent, hanc sub sarcinis adoriri; qua pulsa impedimentisque direptis, futurum ut reliquae contra consistere non auderent. Adiuvabat etiam eorum consilium qui rem deferebant quod Nervii antiquitus, cum equitatu nihil possent (neque enim ad hoc tempus ei rei student, sed quicquid possunt, pedestribus valent copiis), quo facilius finitimorum equitatum, si praedandi causa ad eos venissent, impedirent, teneris arboribus incisis atque inflexis crebrisque in latitudinem ramis enatis [et] rubis sentibusque interiectis effecerant ut instar muri hae saepes munimentum praeberent, quo non modo non intrari sed ne perspici quidem posset. His rebus cum iter agminis nostri impediretur, non omittendum sibi consilium Nervii existimaverunt.
XVIII. La situación del lugar elegido por los nuestros para fijar los reales era en un collado que tenía uniforme la bajada desde la cumbre hasta el río Sambre, arriba mencionado. De su opuesta ribera se alzaba otro collado de igual elevación enfrente del primero, despejado a la falda como doscientos pasos, y en la cima tan cerrado, que apenas podía penetrar dentro la vista. Detrás de esta breña estaban emboscados los enemigos. En el raso a la orilla del río, que tenía como tres pies de hondo, se divisaba tal cual piquete de caballería.
[18] Loci natura erat haec, quem locum nostri castris delegerant. Collis ab summo aequaliter declivis ad flumen Sabim, quod supra nominavimus, vergebat. Ab eo flumine pari acclivitate collis nascebatur adversus huic et contrarius, passus circiter CC infimus apertus, ab superiore parte silvestris, ut non facile introrsus perspici posset. Intra eas silvas hostes in occulto sese continebant; in aperto loco secundum flumen paucae stationes equitum videbantur. Fluminis erat altitudo pedum circiter trium.
XIX. César, echando adelante la suya, seguíala con el grueso del ejército. Pero el orden de su marcha era bien diferente del que pintaron los belgas a los nervios; pues César, por la cercanía del enemigo, llevaba consigo, como solía, seis legiones sin más tren que las armas; después iban los equipajes de todo el ejército, escoltados de las dos legiones recién alistadas, que cerraban la marcha. Nuestros caballos, pasando el río con la gente de honda y arco, trabaron combate con los caballos enemigos. Mientras éstos, ya se retiraban al bosque entre los suyos, ya salían de él a embestir con los nuestros, sin que los nuestros osasen ir tras ellos en sus retiradas más allá del campo abierto; las seis legiones, que habían llegado las primeras, delineado el campo, empezaron a fortificarlo. Luego que los enemigos cubiertos en las selvas avistaron los primeros bagajes de nuestro ejército, según lo concertado entre sí, estando de antemano bien prevenidos y formados allí mismo en orden de batalla, de repente se dispararon con todas sus tropas y se dejaron caer sobre nuestros caballos. Batidos y deshechos éstos sin resistencia, con velocidad increíble vinieron corriendo hasta el río, de modo que casi a un mismo tiempo se les veía en el bosque, en el río y en combate con los nuestros. Los del collado opuesto, con igual ligereza, corrieron a asaltar nuestras trincheras y a los que trabajaban en ellas.
[19] Caesar equitatu praemisso subsequebatur omnibus copiis; sed ratio ordoque agminis aliter se habebat ac Belgae ad Nervios detulerant. Nam quod hostibus adpropinquabat, consuetudine sua Caesar VI legiones expeditas ducebat; post eas totius exercitus impedimenta conlocarat; inde duae legiones quae proxime conscriptae erant totum agmen claudebant praesidioque impedimentis erant. Equites nostri cum funditoribus sagittariisque flumen transgressi cum hostium equitatu proelium commiserunt. Cum se illi identidem in silvis ad suos reciperent ac rursus ex silva in nostros impetum facerent, neque nostri longius quam quem ad finem porrecta [ac] loca aperta pertinebant cedentes insequi auderent, interim legiones VI quae primae venerant, opere dimenso, castra munire coeperunt. Ubi prima impedimenta nostri exercitus ab iis qui in silvis abditi latebant visa sunt, quod tempus inter eos committendi proelii convenerat, ut intra silvas aciem ordinesque constituerant atque ipsi sese confirmaverant, subito omnibus copiis provolaverunt impetumque in nostros equites fecerunt. His facile pulsis ac proturbatis, incredibili celeritate ad flumen decucurrerunt, ut paene uno tempore et ad silvas et in flumine [et iam in manibus nostris] hostes viderentur. Eadem autem celeritate adverso colle ad nostra castra atque eos qui in opere occupati erant contenderunt.
XX. César tenía que hacerlo todo a un tiempo: enarbolar el estandarte,51 que es la llamada a tomar las armas; hacer señal con la bocina; retirar los soldados de sus trabajos; llamar a los que se habían alejado en busca de fagina; escuadronar el ejército; dar la contraseña;52 arengar a los soldados. Mas no permitía la estrechez del tiempo, ni la sucesión continua de negocios, ni la avenida de los enemigos dar expediente a todas estas cosas. En medio de tantas dificultades dos circunstancias militaban a su favor: una era la inteligencia y práctica de los soldados, que como ejercitados en las anteriores batallas, podían por sí mismos dirigir cualquier acción con tanta pericia como sus decuriones; la otra haber intimado César la orden que ninguno de los legados se apartase de su legión durante la faena del atrincheramiento. Así que, vista la prisa y cercanía del enemigo, sin aguardar las órdenes de César, ejecutaban lo que parecía del caso.
[20] Caesari omnia uno tempore erant agenda: vexillum proponendum, quod erat insigne, cum ad arma concurri oporteret; signum tuba dandum; ab opere revocandi milites; qui paulo longius aggeris petendi causa processerant arcessendi; acies instruenda; milites cohortandi; signum dandum. Quarum rerum magnam partem temporis brevitas et incursus hostium impediebat. His difficultatibus duae res erant subsidio, scientia atque usus militum, quod superioribus proeliis exercitati quid fieri oporteret non minus commode ipsi sibi praescribere quam ab aliis doceri poterant, et quod ab opere singulisque legionibus singulos legatos Caesar discedere nisi munitis castris vetuerat. Hi propter propinquitatem et celeritatem hostium nihil iam Caesaris imperium expectabant, sed per se quae videbantur administrabant.
XXI. César, dadas las providencias necesarias, corriendo a exhortar a los soldados adonde le guió la suerte, encontróse con la legión décima. No dijo más a los soldados sino que se acordasen de su antiguo valor, y sin asustarse resistiesen animosamente al ímpetu de los enemigos. Y como éstos ya estaban a tiro de dardo, hizo señal de acometer. Partiendo de allí a otra banda con el mismo fin de alentarlos, los halló peleando. El tiempo fue tan corto, los enemigos tan determinados al salto, que no dieron lugar a los nuestros para ponerse las cimeras, ni aun siquiera para ajustar las viseras de los yelmos y quitar las fundas a los escudos. Donde cada cual acertó a encontrarse al partir mano del trabajo, allí se paró, agregándose a las primeras banderas que se le pusieron delante, para no gastar tiempo de pelear en buscar a los suyos.
[21] Caesar, necessariis rebus imperatis, ad cohortandos milites, quam [in] partem fors obtulit, decucurrit et ad legionem decimam devenit. Milites non longiore oratione cohortatus quam uti suae pristinae virtutis memoriam retinerent neu perturbarentur animo hostiumque impetum fortiter sustinerent, quod non longius hostes aberant quam quo telum adigi posset, proelii committendi signum dedit. Atque in alteram item cohortandi causa profectus pugnantibus occurrit. Temporis tanta fuit exiguitas hostiumque tam paratus ad dimicandum animus ut non modo ad insignia accommodanda sed etiam ad galeas induendas scutisque tegimenta detrahenda tempus defuerit. Quam quisque ab opere in partem casu devenit quaeque prima signa conspexit, ad haec constitit, ne in quaerendis suis pugnandi tempus dimitteret.
XXII. Ordenado el ejército según lo permitían la situación del lugar, la cuesta de la colina y la urgencia del tiempo más que conforme al arte y disciplina militar; combatiendo separadas las legiones, cuál en una parte y cuál en otra, impedida la vista por la espesura de los bardales interpuestos, de que hicimos antes mención, no era factible que un hombre sólo pudiese socorrer a todos a un tiempo, ni dar las providencias necesarias, ni mandarlo todo. Por lo cual, en concurrencia de cosas tan adversas, eran varios a proporción los sucesos de la fortuna.
[22] Instructo exercitu magis ut loci natura [deiectusque collis] et necessitas temporis quam ut rei militaris ratio atque ordo postulabat, cum diversae legiones aliae alia in parte hostibus resisterent saepibusque densissimis, ut ante demonstravimus, interiectis prospectus impediretur, neque certa subsidia conlocari neque quid in quaque parte opus esset provideri neque ab uno omnia imperia administrari poterant. Itaque in tanta rerum iniquitate fortunae quoque eventus varii sequebantur.
XXIII. Los soldados de la nona y la décima legiones, escuadronados en el ala izquierda del ejército, disparando sus dardos a los artesios, que tenían enfrente, presto los precipitaron el collado abajo hasta el río, ya sin aliento del mucho correr y el cansancio, y malparados de las heridas; y tentando pasarle, persiguiéndolos espada en mano, degollaron gran parte de ellos cuando no podían valerse. Los nuestros no dudaron atravesar el río, y como los enemigos, viéndolos empeñados en un paraje peligroso, intentasen hacerles frente, renovada la refriega los obligaron a huir de nuevo. Por otra banda las legiones octava y undécima, después de desalojar de la loma a los vermandeses sus contrarios, proseguían batiéndolos en las márgenes mismas del río. Pero quedando sin defensa los reales por el frente y costado izquierdo, estando apostada en el derecho la legión duodécima y a corta distancia de ésta la séptima, todos los nervios, acaudillados de su general Buduognato, cerrados en un escuadrón muy apiñado, acometieron aquel puesto, tirando unos por el flanco descubierto a coger en medio las legiones, y otros a subir la cima de los reales.
[23] Legionis VIIII. et X. milites, ut in sinistra parte aciei constiterant, pilis emissis cursu ac lassitudine exanimatos vulneribusque confectos Atrebates (nam his ea pars obvenerat) celeriter ex loco superiore in flumen compulerunt et transire conantes insecuti gladiis magnam partem eorum impeditam interfecerunt. Ipsi transire flumen non dubitaverunt et in locum iniquum progressi rursus resistentes hostes redintegrato proelio in fugam coniecerunt. Item alia in parte diversae duae legiones, XI. et VIII., profligatis Viromanduis, quibuscum erant congressae, ex loco superiore in ipsis fluminis ripis proeliabantur. At totis fere castris a fronte et a sinistra parte nudatis, cum in dextro cornu legio XII. et non magno ab ea intervallo VII. constitisset, omnes Nervii confertissimo agmine duce Boduognato, qui summam imperii tenebat, ad eum locum contenderunt; quorum pars ab aperto latere legiones circumvenire, pars summum castrorum locum petere coepit.
XXIV. A este tiempo nuestros caballos, con los soldados ligeros que, como ya referí, iban en su compañía, cuando fueron derrotados al primer ataque de los enemigos, viniendo a guarecerse dentro de las trincheras, tropezaban con los enemigos y echaban a huir por otro lado. Pues los gastadores que a la puerta53 trasera desde la cumbre del collado vieron a los nuestros pasar el río en forma de vencedores, saliendo al pillaje, como mirasen atrás y viesen a los enemigos en medio de nuestro campo, precipitadamente huían a todo huir. En aquel punto y tiempo comenzaban a sentirse las voces y alaridos de los que conducían el bagaje; con que corrían despavoridos unos acá, otros acullá sin orden ni concierto. Entonces los caballos trevirenses, muy alabados de valientes entre los galos, enviados de socorro a César por su república, sobrecogidos de tantos malos sucesos, viendo nuestros reales cubiertos de enemigos, las legiones estrechadas y poco menos que cogidas; gastadores, caballos, honderos númidas dispersos, descarriados, huyendo por donde podían, dándonos ya por perdidos, se volvieron a su patria con la noticia de que los romanos quedaban rotos y vencidos, sus reales y bagajes en poder de los enemigos.
[24] Eodem tempore equites nostri levisque armaturae pedites, qui cum iis una fuerant, quos primo hostium impetu pulsos dixeram, cum se in castra reciperent, adversis hostibus occurrebant ac rursus aliam in partem fugam petebant; et calones, qui ab decumana porta ac summo iugo collis nostros victores flumen transire conspexerant, praedandi causa egressi, cum respexissent et hostes in nostris castris versari vidissent, praecipites fugae sese mandabant. Simul eorum qui cum impedimentis veniebant clamor fremitusque oriebatur, aliique aliam in partem perterriti ferebantur. Quibus omnibus rebus permoti equites Treveri, quorum inter Gallos virtutis opinio est singularis, qui auxilii causa a civitate missi ad Caesarem venerant, cum multitudine hostium castra [nostra] compleri, legiones premi et paene circumventas teneri, calones, equites, funditores, Numidas diversos dissipatosque in omnes partes fugere vidissent, desperatis nostris rebus domum contenderunt: Romanos pulsos superatosque, castris impedimentisque eorum hostes potitos civitati renuntiaverunt.
XXV. César, después de haber animado a la legión décima, viniendo al costado derecho, como vio el aprieto de los suyos, apiñadas las banderas, los soldados de la duodécima legión tan pegados que no podían manejar las armas, muertos todos los centuriones y el alférez de la cuarta cohorte, perdido el estandarte; los de las otras legiones o muertos o heridos, y el principal de ellos Publio Sextio Báculo, hombre valerosísimo, traspasado de muchas y graves heridas sin poderse tener en pie; que los demás caían en desaliento, y aun algunos, desamparados de los que les hacían espaldas, abandonaban su puesto hurtando el cuerpo a los golpes; que los enemigos subiendo la cuesta, ni por el frente daban treguas, ni los dejaban respirar por los costados, reducidos al extremo sin esperanza de ser ayudados; arrebatando el escudo a un soldado de las últimas filas (que César se vino sin él por la prisa) se puso al frente; y nombrando a los centuriones por su nombre, exhortando a los demás, mandó avanzar y ensanchar las filas para que pudieran servirse mejor de las espadas. Con su presencia recobrando los soldados nueva esperanza y nuevos bríos, deseoso cada cual de hacer los últimos esfuerzos a vista del general en medio de su mayor peligro, cejó algún tanto el ímpetu de los enemigos.
[25] Caesar ab X. legionis cohortatione ad dextrum cornu profectus, ubi suos urgeri signisque in unum locum conlatis XII. legionis confertos milites sibi ipsos ad pugnam esse impedimento vidit, quartae cohortis omnibus centurionibus occisis signiferoque interfecto, signo amisso, reliquarum cohortium omnibus fere centurionibus aut vulneratis aut occisis, in his primipilo P. Sextio Baculo, fortissimo viro, multis gravibusque vulneribus confecto, ut iam se sustinere non posset, reliquos esse tardiores et non nullos ab novissimis deserto loco proelio excedere ac tela vitare, hostes neque a fronte ex inferiore loco subeuntes intermittere et ab utroque latere instare et rem esse in angusto vidit, neque ullum esse subsidium quod submitti posset, scuto ab novissimis [uni] militi detracto, quod ipse eo sine scuto venerat, in primam aciem processit centurionibusque nominatim appellatis reliquos cohortatus milites signa inferre et manipulos laxare iussit, quo facilius gladiis uti possent. Cuius adventu spe inlata militibus ac redintegrato animo, cum pro se quisque in conspectu imperatoris etiam in extremis suis rebus operam navare cuperet, paulum hostium impetus tardatus est.
XXVI. Advirtiendo César que la legión séptima, allí cerca, se hallaba también en grande aprieto, insinuó a los tribunos que fuesen poco a poco reuniendo las legiones, y todas a una cerrasen a banderas desplegadas con el enemigo. Con esta evolución, sosteniéndose recíprocamente sin temor ya de ser cogidos por la espalda, comenzaron a resistir con más brío y a pelear con más coraje. En esto las dos legiones que venían escoltando los bagajes de retaguardia, con la noticia de la batalla apretando el paso, se dejaban ya ver de los enemigos sobre la cima del collado. Y Tito Labieno, que se había apoderado de sus reales, observando desde un alto el estado de las cosas en los nuestros, destacó la décima legión a socorrernos. Los soldados, infiriendo de la fuga de los caballos y gastadores la triste situación y riesgo grande que corrían las trincheras, las legiones y el general, no perdieron punto de tiempo.
[26] Caesar, cum VII. legionem, quae iuxta constiterat, item urgeri ab hoste vidisset, tribunos militum monuit ut paulatim sese legiones coniungerent et conversa signa in hostes inferrent. Quo facto cum aliis alii subsidium ferrent neque timerent ne aversi ab hoste circumvenirentur, audacius resistere ac fortius pugnare coeperunt. Interim milites legionum duarum quae in novissimo agmine praesidio impedimentis fuerant, proelio nuntiato, cursu incitato in summo colle ab hostibus conspiciebantur, et T.Labienus castris hostium potitus et ex loco superiore quae res in nostris castris gererentur conspicatus X.legionem subsidio nostris misit. Qui cum ex equitum et calonum fuga quo in loco res esset quantoque in periculo et castra et legiones et imperator versaretur cognovissent, nihil ad celeritatem sibi reliqui fecerunt.
XXVII. Con su llegada se trocaron tanto las suertes, que los nuestros, aun los más postrados de las heridas, apoyados sobre los escudos renovaron el combate; hasta los mismos furrieles, viendo consternados a los enemigos, con estar desarmados, se atrevían con los armados. Pues los caballeros, a trueque de borrar con proezas de valor la infamia de la huida, combatían en todas partes, por aventajarse a los soldados legionarios. Los enemigos, reducidos al último extremo, se portaron con tal valentía, que al caer de los primeros, luego ocupaban su puesto los inmediatos, peleando por sobre los cuerpos de aquellos que yacían derribados y amontonados, y parapetándose en los cuales nos disparaban los demás sus dardos, recogían los que les tirábamos y volvíanlos a arrojar contra nosotros; así que no es maravilla que hombres tan intrépidos osasen a esguazar un río tan ancho, trepar por ribazos tan ásperos y apostarse en lugar tan escarpado; y es que todas estas cosas, bien que de suyo muy difíciles, se les facilitaba su bravura.
[27] Horum adventu tanta rerum commutatio est facta ut nostri, etiam qui vulneribus confecti procubuissent, scutis innixi proelium redintegrarent, calones perterritos hostes conspicati etiam inermes armatis occurrerent, equites vero, ut turpitudinem fugae virtute delerent, omnibus in locis pugnae se legionariis militibus praeferrent. At hostes, etiam in extrema spe salutis, tantam virtutem praestiterunt ut, cum primi eorum cecidissent, proximi iacentibus insisterent atque ex eorum corporibus pugnarent, his deiectis et coacervatis cadaveribus qui superessent ut ex tumulo tela in nostros conicerent et pila intercepta remitterent: ut non nequiquam tantae virtutis homines iudicari deberet ausos esse transire latissimum flumen, ascendere altissimas ripas, subire iniquissimum locum; quae facilia ex difficillimis animi magnitudo redegerat.
XXVIII. Acabada la batalla, y con ella casi toda la raza y nombre de los nervios, los viejos que, según dijimos, estaban con los niños y las mujeres recogidos entre pantanos y lagunas, sabedores de la desgracia, considerando que para los vencedores todo es llano y para los vencidos nada seguro, enviaron, de común consentimiento de todos los que se salvaron, embajadores a César, entregándose a discreción; y encareciendo el infortunio de su república, afirmaron que de seiscientos senadores les quedaban solos tres, y de sesenta mil combatientes apenas54 llegaban a quinientos. A los cuales César, haciendo alarde de su clemencia para con los miserables y rendidos, conservó con el mayor empeño, dejándolos en la libre posesión de sus tierras y ciudades; y mandó a los rayanos que nadie osase hacerles daño.
[28] Hoc proelio facto et prope ad internecionem gente ac nomine Nerviorum redacto, maiores natu, quos una cum pueris mulieribusque in aestuaria ac paludes coniectos dixeramus, hac pugna nuntiata, cum victoribus nihil impeditum, victis nihil tutum arbitrarentur, omnium qui supererant consensu legatos ad Caesarem miserunt seque ei dediderunt; et in commemoranda civitatis calamitate ex DC ad tres senatores, ex hominum milibus LX vix ad D, qui arma ferre possent, sese redactos esse dixerunt. Quos Caesar, ut in miseros ac supplices usus misericordia videretur, diligentissime conservavit suisque finibus atque oppidis uti iussit et finitimis imperavit ut ab iniuria et maleficio se suosque prohiberent.
XXIX. Los aduáticos, de quien se habló ya, viniendo con todas sus fuerzas en socorro de los nervios, oído el suceso de la batalla, dieron desde el camino la vuelta a su casa; y abandonando las poblaciones, se retiraron con cuanto tenían a una plaza muy fuerte por naturaleza. Estaba ésta rodeada por todas partes de altísimos riscos y despeñaderos, y por una sola tenía la entrada, no muy pendiente, ni más ancha que de doscientos pies, pero guarnecida de dos elevadísimos rebellines, sobre los cuales habían colocado piedras gruesísimas y estacas puntiagudas. Eran los aduáticos descendientes de los cimbros y teutones, que al partirse para nuestra provincia e Italia, descargando a la orilla del Rin los fardos que no podían llevar consigo, dejaron para su custodia y defensa a seis mil de los suyos. Los cuales, muertos aquéllos, molestados por muchos años de los vecinos con guerras ya ofensivas, ya defensivas, hechas al fin las paces de común acuerdo, hicieron aquí su asiento.
[29] Atuatuci, de quibus supra diximus, cum omnibus copiis auxilio Nerviis venirent, hac pugna nuntiata ex itinere domum reverterunt; cunctis oppidis castellisque desertis sua omnia in unum oppidum egregie natura munitum contulerunt. Quod cum ex omnibus in circuitu partibus altissimas rupes deiectusque haberet, una ex parte leniter acclivis aditus in latitudinem non amplius pedum CC relinquebatur; quem locum duplici altissimo muro munierant; tum magni ponderis saxa et praeacutas trabes in muro conlocabant. Ipsi erant ex Cimbris Teutonisque prognati, qui, cum iter in provinciam nostram atque Italiam facerent, iis impedimentis quae secum agere ac portare non poterant citra flumen Rhenum depositis custodiam [ex suis] ac praesidium VI milia hominum una reliquerant. Hi post eorum obitum multos annos a finitimis exagitati, cum alias bellum inferrent, alias inlatum defenderent, consensu eorum omnium pace facta hunc sibi domicilio locum delegerant.
XXX. Éstos, pues, al principio de nuestra llegada hacían frecuentes salidas y escaramuzas con los nuestros. Después, habiendo nosotros tirado una valla de doce pies en alto y quince mil en circuito, y bloqueándolos con baluartes de trecho en trecho, se mantenían cercados en la plaza. Mas cuando armadas ya las galerías y formado el terraplén, vieron erigirse una torre a lo lejos, por entonces comenzaron desde los adarves a hacer mofa y fisga de los nuestros, gritando, a qué fin erigían máquina tan grande a tanta distancia, y con qué brazos o fuerzas se prometían, mayormente siendo unos hombrezuelos, arrimar a los muros un torreón de peso tan enorme (y es que los más de los galos, por ser de grande estatura, miran con desprecio la pequeñez de la nuestra).
[30] Ac primo adventu exercitus nostri crebras ex oppido excursiones faciebant parvulisque proeliis cum nostris contendebant; postea vallo pedum XII in circuitu quindecim milium crebrisque castellis circummuniti oppido sese continebant. Ubi vineis actis aggere extructo turrim procul constitui viderunt, primum inridere ex muro atque increpitare vocibus, quod tanta machinatio a tanto spatio institueretur: quibusnam manibus aut quibus viribus praesertim homines tantulae staturae (nam plerumque omnibus Gallis prae magnitudine corporum quorum brevitas nostra contemptui est) tanti oneris turrim in muro sese posse conlocare confiderent?
XXXI. Mas cuando repararon que se movía y acercaba a las murallas, espantados del nuevo y desusado espectáculo, despacharon a César embajadores de paz, que hablaron de esta sustancia: «que no podían menos de creer que los romanos guerreaban asistidos de los dioses, cuando con tanta facilidad podían dar movimiento a máquinas de tanta elevación, y pelear tan de cerca; por tanto, se entregaban con todas las cosas en sus manos. Que si por dicha, usando de su clemencia y mansedumbre, de que ya tenían noticia, quisiese perdonar también a los aduáticos, una sola cosa le pedían y suplicaban, no los despojase de las armas; que casi todos los comarcanos eran sus enemigos y envidiosos de su poder, de quienes mal podían defenderse sin ellas. En tal caso les sería mejor sufrir de los romanos cualquier aventura, que morir atormentados a manos de aquellos a quienes solían dar la ley».
[31] Ubi vero moveri et adpropinquare muris viderunt, nova atque inusitata specie commoti legatos ad Caesarem de pace miserunt, qui ad hunc modum locuti; non se existimare Romanos sine ope divina bellum gerere, qui tantae altitudinis machinationes tanta celeritate promovere possent; se suaque omnia eorum potestati permittere dixerunt. Unum petere ac deprecari: si forte pro sua clementia ac mansuetudine, quam ipsi ab aliis audirent, statuisset Atuatucos esse conservandos, ne se armis despoliaret. Sibi omnes fere finitimos esse inimicos ac suae virtuti invidere; a quibus se defendere traditis armis non possent. Sibi praestare, si in eum casum deducerentur, quamvis fortunam a populo Romano pati quam ab his per cruciatum interfici inter quos dominari consuessent.
XXXII. A esto respondió César: «que hubiera conservado la ciudad, no porque lo mereciese, sino por ser esa su costumbre, caso de haberse rendido antes de batir la muralla; pero ya no había lugar a la rendición sin la entrega de las armas; haría sí con ellos lo mismo que con los nervios, mandando a los confinantes que se guardasen de hacer ningún agravio a los vasallos del Pueblo Romano». Comunicada esta respuesta a los sitiados, dijeron estar prontos a cumplir lo mandado. Arrojada, pues, gran cantidad de armas desde los muros al foso que ceñía la plaza, de suerte que los montones de ellas casi tocaban con las almenas y la plataforma, con ser que habían escondido y reservado dentro una tercera parte, según se averiguó después, abiertas las puertas, estuvieron en paz aquel día.
[32]Ad haec Caesar respondit: se magis consuetudine sua quam merito eorum civitatem conservaturum, si prius quam murum aries attigisset se dedidissent; sed deditionis nullam esse condicionem nisi armis traditis. Se id quod in Nerviis fecisset facturum finitimisque imperaturum ne quam dediticiis populi Romani iniuriam inferrent. Re renuntiata ad suos illi se quae imperarentur facere dixerunt. Armorum magna multitudine de muro in fossam, quae erat ante oppidum, iacta, sic ut prope summam muri aggerisque altitudinem acervi armorum adaequarent, et tamen circiter parte tertia, ut postea perspectum est, celata atque in oppido retenta, portis patefactis eo die pace sunt usi.
XXXIII. Al anochecer César mandó cerrarla, y a los soldados que saliesen fuera de la plaza, porque no se desmandase alguno contra los ciudadanos. Pero éstos de antemano, como se supo después, convenidos entre sí, bajo el supuesto de que los nuestros, hecha ya la entrega, o no harían guardias, o cuando mucho no estarían tan alerta, parte valiéndose de las armas reservadas y encubiertas, parte de rodelas hechas de cortezas de árbol y de mimbre entretejidas, que aforraron de pronto con pieles (no permitiéndole otra cosa la falta de tiempo) sobre la medianoche salieron de tropel al improviso con todas sus tropas derechos adonde parecía más fácil la subida a nuestras trincheras. Dado aviso al instante con fuegos, como César lo tenía prevenido, acudieron allá luego de los baluartes vecinos. Los enemigos combatieron con tal coraje cual se debía esperar de hombres reducidos a la última desesperación, sin embargo, de la desigualdad del sitio contra los que desde la valla y torres disparaban, como quienes tenían librada la esperanza de vivir en su brazo. Muertos hasta cuatro mil, los demás fueron rebatidos a la plaza. Al otro día rompiendo las puertas, sin haber quien resistiese, introducida nuestra tropa, César vendió en almoneda todos los moradores de este pueblo con sus haciendas. El número de personas vendidas, según la lista qué le exhibieron los compradores, fue de cincuenta y tres mil.
[33] Sub vesperum Caesar portas claudi militesque ex oppido exire iussit, ne quam noctu oppidani a militibus iniuriam acciperent. Illi ante inito, ut intellectum est, consilio, quod deditione facta nostros praesidia deducturos aut denique indiligentius servaturos crediderant, partim cum iis quae retinuerant et celaverant armis, partim scutis ex cortice factis aut viminibus intextis, quae subito, ut temporis exiguitas postulabat, pellibus induxerant, tertia vigilia, qua minime arduus ad nostras munitiones accensus videbatur, omnibus copiis repente ex oppido eruptionem fecerunt. Celeriter, ut ante Caesar imperaverat, ignibus significatione facta, ex proximis castellis eo concursum est, pugnatumque ab hostibus ita acriter est ut a viris fortibus in extrema spe salutis iniquo loco contra eos qui ex vallo turribusque tela iacerent pugnari debuit, cum in una virtute omnis spes consisteret. Occisis ad hominum milibus IIII reliqui in oppidum reiecti sunt. Postridie eius diei refractis portis, cum iam defenderet nemo, atque intromissis militibus nostris, sectionem eius oppidi universam Caesar vendidit. Ab iis qui emerant capitum numerus ad eum relatus est milium LIII.
XXXIV. Al mismo tiempo Publio Craso, enviado por César con una legión a sujetar a los vénetos, únelos, osismios, curiosolitas, sesuvios, aulercos y reñeses,55 pueblos marítimos sobre la costa del Océano, le dio aviso cómo todos quedaban sujetos al Pueblo Romano.
[34] Eodem tempore a P. Crasso, quem cum legione una miserat ad Venetos, Venellos, Osismos, Coriosolitas, Esuvios, Aulercos, Redones, quae sunt maritimae civitates Oceanumque attingunt, certior factus est omnes eas civitates in dicionem potestatemque populi Romani esse redactas.
XXXV. Concluidas estas empresas y pacificada la Galia toda, fue tan célebre la fama de esta guerra divulgada hasta los bárbaros, que las naciones transrenanas enviaban a porfía embajadores a César prometiéndole la obediencia y rehenes en prendas de su lealtad. El despacho de estos embajadores, por estar de partida para Italia y el Ilírico, difirió por entonces César, remitiéndolos al principio del verano siguiente. Con eso, repartidas las legiones en cuarteles de invierno por las comarcas de Chartres, Anjou y Tours, vecinas a los países que fueron el teatro de la guerra, marchó la vuelta de Italia. Por tan prósperos sucesos, leídas en Roma las cartas de César, se mandaron hacer fiestas solemnes por quince días;56 demostración hasta entonces nunca hecha con ninguno.
[35] His rebus gestis omni Gallia pacata, tanta huius belli ad barbaros opinio perlata est uti ab iis nationibus quae trans Rhenum incolerent legationes ad Caesarem mitterentur, quae se obsides daturas, imperata facturas pollicerentur. Quas legationes Caesar, quod in Italiam Illyricumque properabat, inita proxima aestate ad se reverti iussit. Ipse in Carnutes, Andes, Turonos quaeque civitates propinquae iis locis erant ubi bellum gesserat, legionibus in hiberna deductis, in Italiam profectus est. Ob easque res ex litteris Caesaris dierum XV supplicatio decreta est, quod ante id tempus accidit nulli.
NOTAS DE NAPOLEÓN AL LIBRO II
1. César, en esta campaña, contaba con ocho legiones, y además de las tropas auxiliares agregadas a cada legión, contaba con un gran número de galos a pie y a caballo y de tropas ligeras, de las Islas Baleares, de Creta y de África, que constituían un ejército muy nutrido. Los 300.000 hombres que los belgas le opusieron estaban compuestos por soldados de diversos pueblos, sin disciplina y sin consistencia. Cap. IV.
2. Han supuesto los comentadores que la ciudad de Fismes o de Laon era la que los belgas hablan tratado de atacar por sorpresa antes de dirigirse contra el campamento de César; es un error: se trataba de la ciudad de Bievre y el campamento de César estaba aguas abajo de Pont-a-Vaire. Por su derecha se apoyaba en el recodo del Aisne, entre Pontr-a-Vaire y el pueblecito de Chandarde; por su izquierda en el arroyo de la Mielle, y frente a él se extendían las marismas. El campamento de César en Pont-a-Vaire estaba a una distancia de 8.000 toesas de Bievre, a 14.000 de Reims, a 22.000 de Soisóns, a 16.000 de Laon, lo que concuerda con todas las indicaciones del texto de los Comentarios. Los combates junto al Aisne se desarrollaron a principios de julio. Cap. VI.
3. La batalla del Sambre se dio a fin de julio en los alrededores de Maubeuge. Cap. XXVIII.
4. La posición de Calais está de acuerdo con las indicaciones de los Comentarios. César dice que la contravalación que hizo levantar alrededor de la ciudad era de doce pies de altura, con un foso de dieciocho pies de profundidad; debe de tratarse de un error; hay que leer dieciocho pies de anchura pues dieciocho pies de profundidad supondrían una anchura de seis toesas; el foso estaba construido en forma de palomilla, por lo cual la excavación sería de nueve toesas cúbicas. Es probable que este atrincheramiento tuviese un foso de dieciséis pies de anchura por nueve de profundidad, cubicando 486 pies por toesa corriente; con la tierra extraída había levantado un muro y un parapeto cuyo nivel se elevaba a dieciocho pies sobre el fondo del foso. Cap. XXX.
6. No es tarea fácil hacer observaciones de orden estrictamente militar sobre un texto tan conciso y sobre ejércitos de naturaleza tan distinta. ¿Cómo comparar, en efecto, un ejército de línea romano, reclutado y escogido en toda Italia y en las provincias romanas, con ejércitos bárbaros compuestos de reclutamientos en masa, valientes, feroces, pero que poseían escasísimas nociones de la guerra, que ignoraban el arte de tender un puente, de levantar rápidamente un atrincheramiento, de construir una torre, y que se aterraban en cuanto veían acercarse los arietes a sus murallas? Cap. XXXI.
6 No sin razón se ha reprochado a César, a pesar de todo, el que se dejara sorprender en la batalla del Sambre contando con tanta caballería y tropas ligeras. Es verdad que su caballería y sus tropas ligeras habían pasado el Sambre, pero desde el lugar donde encontraba advertía que éstos se habían detenido a 150 toesas de él en el linde del bosque; debía, pues, o tener una parte de sus tropas en alerta, o esperar a que sus exploradores hubiesen atravesado el bosque y explorado el terreno. César se justifica con decir que las orillas del Sambre eran tan escarpadas que parecían ponerle al abrigo de sorpresas en el lugar donde quería acampar. Cap. XXXIII.

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